Caracola
Dulce, sin ruido de palabras,
es la llamada que sin cesar repites:
“¡Veeeeeen!”,
como una caracola discreta eternamente,
En mis ojos pardos hay un toque de azul
y de gris.
Es un sueño de mar que orea el pensamiento
y el reflejo sutil de una nube que pasa.
A mis oídos llega, o tengo en ellos
desde siempre, tu incesante reclamo:
“¡Veeeeeen!”.
No sé si imaginas que surco las olas y gritas,
o, desde la arena y de espaldas al mar
me llamas porque nunca he navegado.
“¡Veeeeeen!”
Hay sed de mar en la hoguera de mi sangre
y un toque azul en mis ojos pardos.
Félix
Imagen:https://www.google.es/
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