dimarts, 31 de gener del 2012

Romance de los gitanos


A ritmo de cobre y luna
han llegado los gitanos,
chirrían buenaventuras
las ruedas del carromato.
Una recua de jumentos
grises, viejos, tristes, pardos
y atados a los estribos,
dos muy flacos perros galgos.

Sentado viene el patriarca
luciendo un bigote cano,
anillo y pulsera de oro
y vara larga en la mano.

Dentro y fuera churumbeles
que van de la risa al llanto.

Delgaditos de cintura
los tres varones gitanos
morenos de raza y luna,
sonrisa blanca en los labios,
ojos de azabache negros
y el pelo acaracolado,
los bártulos en el suelo
el campamento han montado.
Han encendido una hoguera
y un pandero acompasado
ha comenzado a sonar
de palmas acompañado

Morenas de plata y noche,
los dedos ensortijados,
ojos de embrujo y misterio,
pecho y muslos de fandango,
abuelas, madres y hermanas,
zapatos de tacón alto,
vestidos de faralaes,
contorsionados los brazos,
cante muy hondo de penas
de alegrías y desgarros,
han comenzado a bailar
dibujando con las manos
los duendes de cada baile,
ensalmo y ritual sagrado,
desparramando en la noche
olor de jazmín y nardos.

A ritmo de cobre y luna
han llegado los gitanos.
Mañana, a la luz del día,
de los mimbres artesanos,
ellos harán unos cestos
para mil usos diarios,
que ellas con gracia y salero
ofrecerán a los “payos”.

Cuando de nuevo la luna
cuelgue su pandero blanco,
alrededor de la hoguera
embrujo y ritual gitano.


Félix

divendres, 20 de gener del 2012

Espiritual lujuria



En el momento exacto,
no es tu desnudez, ni siquiera tu aroma
lo que más me enloquece.

Tu suave y tersa piel, templada para el tacto,
no es lo que me turba
ni lo que más me enerva.
Las curvas de tu cuerpo con peralte anatómico,
tan tibias y ajustadas al cuenco de mis manos
no son ellas tampoco las que me desposeen.

No es la orquídea salvaje de tu sexo
ni tu pelo azabache y encendido,
ni los pocitos claros de tus ojos,
dos misterios por donde brota el alma…

Todo es añadidura
en el momento exacto.

Lo que me deshabita,
el meollo y la almendra del amor inefable
es el encuentro místico de espiritual lujuria
de tu alma y mi alma
que de lo oculto vienen
vestiditas de novia
para perderse eternas por caminos no hollados.

Félix

diumenge, 15 de gener del 2012

Mi pueblo es un triángulo rectángulo


¿Sabéis, amigos míos
que el mapa de mi pueblo
es tal cual un triángulo rectángulo?

El punto en que se unen los catetos
(me refiero a los lados,
no a los que llevan gorra
calada hasta los ojos)
responde al cementerio,
diría que es el vértice.
En su axila, la iglesia y además
la casa del curato.

En una de las puntas
de la que, digamos,
forma la hipotenusa,
en ese ángulo agudo nací yo.
Bueno, entonces
había
una casa de piedra
con tejado rojizo
y que alguien derrumbó
para hacer otra nueva.

Sigamos,
yo ya sé
que al paso que lo cuento
la vas imaginando.

En el ángulo agudo,
justo en el otro extremo
de este lado más largo
llamado hipotenusa, se encontraba
la fragua del herrero, que hoy por cierto
alguien la ha transformado
en casita rural para el turismo
y tengo que decir que queda bien.

Y con esto ya está,
lo tengo limitado.

Es verdad que mi pueblo
como todos,
posee alrededores, ya sabéis:
granjas y corralizas,
pastizales y huertos, parideras
y una hermosa dehesa.
Pero, vamos, que esto
sería ya extramuros
podríamos decir,
aunque allí donde sólo antes había
los pajares y eras,
se han levantado hoy
suntuosos chalets
con garaje, jardín y barbacoa.
Bien mirado, también es “extramuros”,
pero con mucha clase,
zona residencial
de los que progresaron.

En el centro (perdón, no querría olvidarme),
en el exacto centro geométrico,
la plaza con su fuente
y su banco de piedra,
donde los venerables
con pinzas de colgar tienden al sol
recuerdos del pasado
mojados de nostalgias.

Un hotelillo mínimo
al lado de la plaza nos confiere
marchamo universal,
categoría,
como el viejo y caduco Ayuntamiento,
que hoy restaurado, ha pasado a llamarse
Casa Consistorial
de manera pomposa y algo hortera.

-¿Dónde vas a parar
(dirás)
con todo esto?

-De un vértice hasta el otro, dando saltos
y del otro al primero
para llegar al centro
y volver a iniciar el recorrido.

Me suenan muchas veces
las campanas de fiesta
y en las fosas nasales no se apaga
el olor del incienso y de vainilla
de galletas de misa en los tabaques
y el olor a colonia y mujer limpia
con medias ese día y velo negro.

Me suena el martillazo
a contrapunto
sobre el hierro rusiente y sobre el yunque
y el casco de la mula,
que,
nerviosa,
estrena su herradura.

Me suenan los rebuznos
de aquella burra loca,
el nocturno cri-cri del grillo desvelado,
aquel quiquiriquí despertador
del gallo en la alborada,
el freír de los huevos
que mi abuela freía
y el crepitar de teas, humo y luz
en almenara antigua.

Me suena el muro viejo al derrumbarse,
aquel que cuando niño,
se aguantaba de pie, mordido de metralla;
y aquel, mi pataleo
sobre los peldañitos
que había que subir
para entrar en la escuela
y que yo rehuía,
agarrado a las faldas de mi madre.
Confieso que lloré,
nadie hubo
que entonces me dijera
que unos años después haría versos.

Compañero de viaje,
ya que llegué hasta aquí
y también tu paciencia,
pondré punto final.
¿Te quedó claro, amigo
que mi pueblo es triángulo rectángulo?
Pues pienso que eso es todo.

Félix

dissabte, 14 de gener del 2012

Es el amor



Ya no hace falta hablar.
Con mirarte a los ojos
o ver el leve gesto de tu mano,
descubro tu interior y me emociono
al ritmo de tus mismas emociones.
Si acaso sufres, sufro
y adivino la causa.
Si acaso ríe tu alma, lo adivino
y la mía a la tuya se une en risa.
Las mismas sensaciones tienes tú
y siempre me descubres
cuando intento esconderte mis pesares.
Y esto, que ya hace tiempo nos envuelve
tú y yo sabemos bien
que es la expresión más pura del amor.


Félix

divendres, 13 de gener del 2012

Ver, oír y callar



Dormid los que estáis servidos
seguid durmiendo,
mas no contéis ya conmigo
mientras aúllan los muertos,
que yo me quiero volver
de este camino irredento,
porque aúllan como lobos
los muertos.

Seguid con ojos cerrados
o mirad hacia otra parte.
Clavados los tendré yo
en los vientres llenos de aire.
Seguid los que estáis servidos,
sin hambre,
con los ojos bien cerrados
que la culpa no es de nadie.
Seguid ciegos,
es del aire.

Haced los oídos sordos
y no escuchéis más los ayes.
Pero que rompan mis tímpanos
los desgarros de las madres
cuando ven partir los hijos
buscando mejores aires.
No oigáis los que estáis servidos
pues gritan como las aves
si les quitan los polluelos.
Como las aves,
las madres.

Callad los que estáis servidos,
no digáis ni una palabra,
que no se acabe el festín.
chiiisss, por favor, come y calla.
Mas pretendo que mis versos
me quemen como las brasas.
Ya no quiero seguir mudo,
volvedme el habla,
pues necesito que un verso
me deje en ascuas.


Félix

dijous, 12 de gener del 2012

EN LOS PÁRPADOS




Cierra esos ojos bellos,
deja que acerque mis labios a tus párpados
prefigurando lentamente el beso.
Déjame un roce leve
tan apenas ala de mariposa
y yo dentro y entero en este cosquilleo
de superficie táctil tan a flor.

Tu respiración anda honda, honda,
mientras se escapa del cántaro un suspiro.

Una vez más.
Ahora danza en mi piel bajo la tuya
la sensible emoción de tus niñitas negras.
La ternura ya me comió  la voz
y empieza a desbordarse en las pupilas.
Otro suspiro hondísimo,
tus labios se entreabren temblorosos…
No abras aún los ojos;
así, otra vez más, sin manos todavía…

Félix

dissabte, 7 de gener del 2012

Encelado en el pico de tu falda


Encelado en el pico de tu falda,
me acercas y me alejas cuando quieres,
tú eres la mujer entre mujeres,
no tengo más amores a tu espalda.

Tú eres mi tesoro y mi guirnalda.
Recolecto de tu alma los quereres
al tiempo que en tu cuerpo lo placeres,
sabiendo que tu gracia me respalda.

Cada vez que me llamas, yo a tu lado
me acerco como niño ilusionado
y si cruel de tu lado tú me alejas

                                                      porque quieres a ratos estar sola,
                                                       ni el pico de tu falda tú me dejas
                                                      que alivie la tristeza que me asola.

Félix

dijous, 5 de gener del 2012

La rondalla



Pasa la ronda tocando
con bandurrias y guitarras
viejos, jóvenes, muchachos
y la jota en las gargantas.
A trechos toca y camina,
a trechos toca y se para,
Un rondador bien plantado
con cachirulo y con faja
hace que la ronda pare,
debajo de una ventana.
El círculo se ha formado,
la guitarra da la entrada,
y el sacrosanto silencio
rasga la jota lanzada
hacia el cielo de la noche,
mágica noche estrellada.
La voz recia va dejando
al compás de la rondalla
los amores encendidos
debajo de la ventana,
y detrás de los visillos
se adivina una muchacha
que con los ojos muy húmedos
tiene contenida el alma,
corazón acelerado
y la voz entrecortada.
Ya se retira la ronda,
ya va llegando a la plaza,
Las bandurrias y laúdes
y el compás de las guitarras,
viejos, jóvenes, muchachos
y la jota en las gargantas.


Félix

dimarts, 3 de gener del 2012

Por las ramas más altas del ciruelo



Me diste mucho más que yo te di,
descansa en paz, minino.
Me ha de doler no verte
ni escuchar tus mimosos ronroneos.
Quisiera, cuando muera,
encontrarte en el sitio placentero
que carece de ayes y de maullidos tistes.

Mas, necesitarás de los gorriones,
que a volar aprendían despeinados,
el perdón pajaril,
por el pecado aquel,
cuando desde el alero se lanzaban ilusos
y tú, tras el rosal los expiabas,
camuflado y goloso.

Y de las lagartijas el perdón
te hará falta también. Quizá sea posible,
perdón lagartijero,
si te conformas sólo con mirarlas
y las dejas en paz
rumiando evoluciones, quietecitas al sol.

Soñarás con ratones
disfrazados por magia o por milagro
de calcetines negros ovillados,
y que a la ramas altas del ciruelo,
salto felino, subes,
y suspira la gata del vecino gruñón
como en aquellos tiempos. 


Félix

diumenge, 1 de gener del 2012

Dos alas para el año nuevo






Esta mañana he visto al despertar
que los bultitos de ayer en el costado
se han convertido en alas de volar.


Absorto y sorprendido me he quedado
al ver esas alitas incipientes
de pájaro aprendiz a lado y lado.


Y me he puesto a pensar, a parar mientes
si este regalo es premio o es castigo
y si me son las alas convenientes.


Llegué a la conclusión, querido amigo
de que importa volar, volar sin miedo
y dejar de mirarse en el ombligo.


Si es sueño o si es real decir no puedo,
mas ellas a volar me han invitado
y agradezco el regalo y me las quedo.


Con dos bultos crecientes al costado
ojalá te sorprenda el año nuevo
para emprender conmigo un vuelo alado.

Félix